A estas alturas todo lo que podamos decir a cerca de Woody Allen es poco. Es uno de los directores que levanta más pasiones y opiniones muy encontradas. Dicen de él que no tiene término medio o te gusta o no te gusta, nada de medias tintas. A mí me encantó desde que vi su primera película y me sigue gustando todo lo que hace; es atrevido, valiente, personal y muy diferente. Además, se puede permitir hacer el cine que a él le gusta y le divierte. Acaba de estrenar su nuevo trabajo: Blue Jasmine, que se ha convertido en la película más taquillera de toda España en los primeros días de su estreno en la gran pantalla.
Blue Jasmine es Woody Allen en su estado puro. Entre muchas cosas maravillosas de la película está la actuación de Cate Blanchett, sólo hay una palabra para poder definirla: inmensa. Me atrevería a decir que de todas las películas de Woody Allen y de todos los actores y actrices que han trabajado con él Cate Blanchett es una de las mejores, lo llena todo. También hace un estupendo papel secundario Sally Hawkins en la piel de Ginger, hermana de Jasmine (Cate Blanchett). Completan el reparto Alec Baldwin y Bobby Cannavale.
Para Woody Allen cada película es una ciudad. Ha rodado en Nueva York, Londres, París, Venecia, Barcelona, Roma y ahora de nuevo en Estados Unidos con dos grandes lugares: San Francisco y Nueva York.
En esta ocasión W.Allen trata un tema de relación de pareja en dos sentidos: la pareja rica a la que todo le va muy bien económicamente pero termina arruinada (Jasmine) y la pareja humilde que no le va tan bien económicamente y vive modestamente (Ginger). Habla del egoísmo, de la generosidad, de la mentira, de la infidelidad, de la venganza, del amor, de los sentimientos, eso sí, al estilo Woody Allen.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.306 del semanario Puerta de Madrid. Alcalá de Henares. 23 de noviembre de 2013
