Para acostar la noche

Tamara de Lempicka,  Mónica López Bordón, poesía, editorial Playa de Ákaba, Vivir para contarla
Cuadro de Tamara de Lempicka
La fuerza de mi pasión está en la noche. Dejadme en sus distancias.
Germán Pardo García
De andar entre la noche aprendí

que la luz de poniente,
en el fondo de su forma,
llega a las entrañas.

Que lo húmedo es galerna azul de madrugada
en la ausencia de su cuerpo.

Retumba la noche.

Palmo a palmo y en su mirada fija
deslizo en carne anónima y sin herida,
una pequeña pregunta en la madrugada interrumpida.

Llego hasta el país de sus manos.

Tengo la piel despierta de su labio…

Partiendo tres noches,
dos voces
y el espacio derribado
salgo a buscarla.

Noche, noche, noche…

La presiento, la deseo,
es el esbozo de tu costado desnudo.

A veces, sólo el rostro del tiempo
enamora.

Mónica López Bordón, Vivir para contarla, poesía en Alcalá de Henares


Otros poemas:

18 comentarios en «Para acostar la noche»

  1. No, no le pongas música de Vangelis de fondo, por favor. 🙂

    Le va mejor algo de Miles Davis.

    Me quedo con la fantástica conclusión a tu poema.

    Paz, querida amiga.

    Responder
  2. Preciosos. tus versos..
    que gusto leerte.
    te dejo mis saludos fraternos con mucho cairño.
    un abrazo
    besos..

    PD: me gusta mucho tu firma, Monica y la forma que toma con el gatito, preciosa

    Responder
  3. Hola MONICA,

    versos preciosos…, la noche es muy importante para descansar, pensar, reflexionar y prepararse para un nuevo dia.

    Sin olvidar que pasamos un tercio de nuestra vida en dormir y soñar..

    Gracias por tu visita en el blog » um farol chamado amizade», que comparto con 2 amigos maravillosos de PORTUGAL.

    Ven siempre que quieras alli, tb pasaremos por aqui, tienes un blog bonito y muy interesante.

    nb : para mi como musica «la nuit de ADAMO «

    Saludos

    Responder
  4. Para acostar la noche…
    Ufffff… me inspiro tu mágico poema bella dama.
    Y pensando en la esencia de mi amada, te dejo este enigma creado hoy por un duende enamorado del sur.

    Cuánto tiempo he de esperar,
    para tenerte, bajo la luna,
    besar tu piel que es de aceituna.

    Cuántos segundos en la noche pasarán,
    sin que te acune, como a un tesoro,
    peinar tu pelo que es de negro oro.

    No me importa la espera,
    por tu costado, vuelan gaviotas,
    guitarras, esencias de amapolas.

    Me he pasa´o la noche en vela,
    dama de noche que despierta el azahar,
    así que estaré atento por si confundiste la mar…

    Responder

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