He tenido la oportunidad de conocer a Azahara Alonso y además de un gran descubrimiento como persona, que es excepcional, tiene un compromiso con la literatura, con la poesía y con la escritura que enriquece todo aquello que está cerca de ella.
Acaba de publicar su primer libro: “Bajas presiones”; un libro de aforismos publicado por la editorial Trea y que comienza con un verso de Rainer Maria Rilke: “¿Quién habla de victorias? Sobreponerse es todo”.
Sobre esta frase de Rilke Marta Agudo escribe la parte final del brillante prólogo de “Bajas presiones”: (…) De este modo, y con la cita de Rilke nos ubicamos fuera de los discursos triunfantes y concluidos, fuera de cualquier sistema filosófico que no se formule a modo de iluminación. Destellos personales en los que, como dije antes, conviven la inspiración greguerística, el humor negro, la reflexión social o una veta de persistente desengaño. Una voz, en fin, madura, sin miedo a ahondar en las cicatrices del ser humano y con clara voluntad literaria. Valgan para ir haciendo boca ejemplos como <<Escribimos porque no tenemos respuesta>>, <<Nos despertamos despeinados porque el tobogán del sueño nos alborotó el pelo>>, <<El dinero es el ademán de los héroes sin gesta>>, <<Todas las casas en las que he vivido mantienen mi hueco en el centro del aire>>, <<Eva inventa la filosofía. Adán la política>>, <<No hay mejor adhesivo que la enfermedad>> o <<Si uno ha gozado del perdón, sabrá que errar es divino>>. Erremos pues por las páginas de “Bajas presiones” y perdámonos en su decir inteligente”.
Azahara Alonso es muy sutil en cada aforismo que deja escrito, un libro delicioso para leer seguido, de una vez y que nos llegue cada idea para pensar, dudar, reírnos, negar o afirmar pero, sobre todo, para disfrutar.
*Artículo publicado en el número 2.450 del Semanario Puerta de Madrid. Sábado 17 de diciembre de 2016. Alcalá de Henares.