¿Qué entendemos por orientación?
La orientación implica el estado de conciencia de una persona en cuanto a sí misma, y su ambiente. Se puede hablar de una orientación en tiempo, en espacio y en persona.
En el anciano el umbral de desorientación es menor que en el joven, disminuyendo aun más en los enfermos con demencia. Esto explicaría, la frecuencia con la que las personas mayores, presentan trastornos de la orientación.
Estos trastornos pueden tener una causa patológica o no.
¿Qué actitud habría que tomar cuando notemos que nuestro mayor, presenta un cierto grado de desorientación?
Lo primero y fundamental, es descartar que exista una enfermedad causante. Así, hay que considerar:
• Causas extracerebrales: intoxicaciones de fármacos, alteraciones metabólicas (alteración de la glucemia, alteración del sodio;…), fiebre, mala oxigenación, retención urinaria, estreñimiento,….
• Causas cerebrales como la demencia, ICTUS,…
Un vez descartada la causa patológica como desencadenante, hay que considerar que, en una persona anciana, y debido a su bajo umbral para la confusión, cualquier acontecimiento emocionalmente significativo (traslado de domicilio, separación, muerte de una persona cercana,…) o un factor ambiental, pueden ser la causa de este estado de confusión.
En la sociedad actual, los cambios de domicilio que sufren los mayores, como consecuencia de la alternancia de su cuidado entre los hijos, facilita que se desencadene esta situación.
¿Qué medidas podemos tomar para intentar prevenir en lo posible, estos trastornos de la orientación?
• Evitar el uso de fármacos que puedan favorecer esta situación (sedantes, barbitúricos,…).
• Mantener una buena hidratación y oxigenación.
• Entrenar y ejercitar la memoria del anciano.
• Proporcionar al mayor un ambiente físico tranquilo, sin estímulos excesivos, iluminación adecuada, elementos de orientación (reloj, calendario,…), mostrarle puntos de referencia que le permitan cierta autonomía en el desarrollo de algunas funciones, y rodearle de objetos conocidos y queridos.
Ante un trastorno de la orientación, y habiendo descartado su origen patológico es básico establecer una relación con el anciano, estar a su lado, animarle, hablarle con calma, evitar hacerle una lista de preguntas, que servirían para evidenciar aún más ante sus ojos sus deficiencias, hablar de su malestar y de la ayuda que necesita, no poniendo de manifiesto la posible ansiedad que su comportamiento pueda generar en los familiares que lo rodean.
Sira Morales Zumel
Médico de Vitalia Alcalá de Henares
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