Empieza la película en blanco y negro. Estamos a principios del siglo XX en unos Estados Unidos productivos. Es el inicio de la industrialización, de la cadena de montaje, del descubrimiento de Ford y de los primeros coches. Un empresario que hace su gran fortuna en estos años y que, como muchos americanos, lo pierde todo cuando se desploma la Bolsa en 1929. El ‘crack’ histórico de Wall Street. Gary Ross dirige esta película ofreciendo dos historias: el mundo económico americano y la vida de un vendedor de bicicletas, que lo pierde todo y apuesta por un caballo: Seabiscuit.
De verdad, es una película interesante. Relaciona todo de una manera tan sutil que las piezas del puzzle encajan a la perfección. El espectador entiende que es así y nada está discordante. La película es de corte histórico y está protagonizada por Tobey Maguire, Jeff Bridges y Chris Cooper.
Se entrecruzan varias historias personales, un matrimonio que con la crisis se va deteriorando y se acaba rompiendo con la muerte del hijo menor en un accidente de coche. El vacío y la solución: escapar de la ciudad para curar el corazón roto. Por otra parte es una película que tranquiliza, con unos paisajes espléndidos y ya sólo con los caballos la imaginación vuela. Muestra la sensualidad de la tranquilidad, de disfrutar del tiempo, de una comida, del periódico, etc. Y cuando llega el momento del vértigo, de la apuesta hay intriga. Las emociones se viven sin exageración ni dramatismo. La imagen de la sabiduría está encarnada por el entrenador que sabe escuchar a los caballos, que sabe escuchar a los hombres y que los combina como si fuesen uno solo. Por eso que lo mejor de la película es la pareja del caballo, Seabiscuit, con el jockey que le monta, Red Pollard. Ambos con el mismo espíritu problemático y rebelde que les lleva a una relación de complicidad sin límites. Ambos se convierten en la pareja del año, ganan las carreras más importantes a pesar de todos los obstáculos que se encuentran. Es una buena opción de fin de semana para disfrutar de los paisajes, de la fidelidad, del tesón, de la fuerza, de la confianza y de la intriga, del vértigo y del compromiso.