Escribo esta columna después de la resaca de la final de la Eurocopa 2008. ¡Qué pasión la que produce el fútbol, qué fuerza tiene cuando tantos millones y millones de personas se ponen a favor para que todos seamos ganadores! España 1- Alemania 0 y Alcalá de Henares se llenó de fuegos artificiales, como toda España y como tantos y tantos pueblos que se enfundaron «la roja, la de todos» con el orgullo y la alegría de ser españoles y haber ganado.
Claro que tengo que escribir esta columna de felicitación a España. Por la selección de fútbol, por los jugadores, el entrenador, aficionados, aficionadas y de nuevo, España.
Ya sabemos que el fútbol es un deporte de masas y un paradigma social porque lo que se hace en el fútbol se traslada a la vida, a las modas, al vestir…es muy social y eso se pone de manifiesto en cada encuentro, en este caso miles de personas en las gradas aplaudiendo y apoyando a sus respectivos equipos.
En esta ocasión es historia: seis partidos ganados de una manera maravillosa, un equipo que ha representado la juventud, la alegría y el tesón de España. Han podido, eso indica que han querido llegar a levantar la copa de Europa. Me gusta el fútbol, como dice la mítica canción, a lo que añado el buen fútbol, la jugada magistral de Torres con un gol que sentimos todos como nuestro y lo que él reiteró tantas veces: es el éxito del grupo. Y hay que decir que hacer grupo y que lo grupal es algo complejo: no valen las individualidades, es para otros y por otros. Compartir con tanta gente que nunca conocerán.
Nos han hecho vibrar desde el minuto uno del primer partido hasta el minuto 90 (y tres) del último encuentro. Y este es un homenaje más a nuestro deporte, a nuestra España, ¡qué alegría esta victoria que nos ha dado un nuevo lugar ante Europa! Hasta el Rey de España estaba tan orgulloso que sus ojos brillaban exultantes. Felicidades a todos. Una mención especial a Iker Casillas, San Iker, y a Fernando Torres, un gol histórico.