“En el papel amanece una palabra” es uno de los versos de Pedro Salinas que ha traspasado fronteras y que da las múltiples oportunidades de un amanecer o de un juego de palabras. Esas infinitas conjugaciones que permite nuestro precioso castellano tan amplio en sus acepciones como en sus traducciones.
Me gusta ese verso, ese amanecer, para reivindicar el gran lugar que se ha ganado el cine español en 2014, me ha encantado que “La Isla Mínima” se haya llevado el Goya a Mejor Película del Año, eso sí, reconozco que el humor y la comedia de “Ocho apellidos vascos” son encomiables, hacía mucho tiempo que no me reía tanto con una película, una risa sana, un humor sano, con gracia. Me encantó también el Goya de Carmen Machi con ese recuerdo a la entrañable Amparo Baró y como no, Asunción Balaguer con sus casi 90 años subida en un escenario, sonriente, plena y feliz.
Me gusta que en el papel amanezca una palabra para reivindicar que se sigan publicando libros en papel, una de las propuestas de un grupo de editores para que los libros puedan seguir teniendo un espacio en el alma y en el corazón de los lectores. Borges decía que siempre imaginó que el Paraíso sería una especie de biblioteca y Mario Benedetti escribió: “Quiero quedarme en medio de los libros, en ellos he aprendido a dar mis pasos, a convivir con mañas y soplidos vitales, a comprender lo que crearon otros y a ser por fin este poco que soy.”
En el papel amanece una palabra fue para Pedro Salinas un encuentro constante con la vida, con el gran amor, una palabra que siempre está al alcance de todos en dos de sus libros imprescindibles: “La voz a ti debida” y “Razón de amor”, un bellísimo amanecer para tantas palabras por descubrir.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.365 del semanario Puerta de Madrid. Alcalá de Henares. Sábado 21 de febrero de 2015.