Esta semana una compañera que se dedica al mundo editorial de la narrativa me ha preguntado por mis gustos en novela policíaca y de intriga, siendo requisito que el autor no fuese español. Aunque esa sea la premisa dejo claro que uno de los mejores es Lorenzo Silva enlaza historias de intriga, divertidas y tan bien escritas que no puedes dejar de leer. Volviendo al requisito me decido por Paul Auster (Estados Unidos), Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006.
Haciendo memoria de todos sus libros que he leído elijo “La trilogía de Nueva York”, una de sus historias más intrigantes. Un libro compuesto por tres relatos independientes que, aparentemente, nada tienen que ver entre sí. Parece que Auster propone al lector un tipo de lectura desordenada, puede leerlos en orden o intercambiándolos, como Rayuela pero en género policíaco. Es un juego literario que obliga al lector a mantener toda su atención para comprender al final de la lectura, lo habitual es que después de una primera lectura queramos probar una segunda vez para ver si hemos comprendido lo que el escritor nos ha querido contar. En esta ocasión hay tres relatos: “Ciudad de cristal”, “Fantasmas” y “La habitación cerrada”. En el primero Paul Auster aparece como detective privado en la historia. En el segundo relato plantea una trama sobre tres colores: Blanco, Azul y Negro que son los nombres de los protagonistas: Blanco, un escritor, contrata a Azul, un detective privado, para que vigile a Negro. Blanco le alquila un piso a Azul delante del de Negro y cada mes tendría que enviarle un informe por correo en el que contase todo lo que Negro hacía y Blanco pagaría por ello enviándole un cheque. Y en el último relato, “La habitación cerrada”, todo cobra sentido a través de un protagonista sin nombre.
Como apunta el propio escritor: “Lo real siempre va más allá de lo que podamos imaginar”.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.355 del semanario Puerta de Madrid. Sábado 1 de diciembre de 2014. Alcalá de Henares.