Rabindranath Tagore recibió el Premio Nobel de Literatura en 1913. Poeta, artista, dramaturgo y novelista revolucionó el mundo de las artes y de las letras con su especial manera de escribir. Tagore escribió mucho del amor, sobre el amor y con amor, sentimiento que queda reflejado en todos y cada uno de sus libros. Escribir poemas de amor es algo que, a simple vista, parece muy sencillo y, sin embargo, son los poemas más complejos a la hora de escribir; pero este magistral poeta siempre nos los hace sentir bellos, cercanos, sensuales…
“El jardinero” es uno de sus libros considerados como una joya de la literatura universal por su belleza. La editorial Edaf publicó hace años esta obra con un estupendo prólogo de Mauro Armiño que nos introduce de lleno en el fantástico mundo poético de Tagore sin dejarse ni un detalle. Según la RAE, jardinero es aquella persona que por oficio cuida y cultiva un jardín.
Tagore, con este jardinero cultiva un jardín inmenso de sentimientos. Escribe en el poema XXIX: “Háblame, amor. Dime en palabras lo que estabas cantando. La noche es oscura. Entre nubes se han perdido las estrellas. El viento está sus pirando entre las hojas. Soltaré mi pelo. Mi capa azul adherirá a mi alrededor la noche. Abrocharé tu cabeza a mi pecho, y allí, en dulce soledad, murmuraré sobre tu corazón. Cerraré mis ojos y escucharé. No miraré tu rostro. Cuando tus palabras hayan terminado, nos sentaremos quedos y silentes. En la oscuridad sólo murmurarán los árboles. La noche palidecerá. Clareará el día. Uno a otro nos miraremos a los ojos y seguiremos nuestros caminos diferentes. Háblame, amor. Dime en palabras lo que estabas cantando”.
*Artículo publicado en el número 2.440 del Semanario Puerta de Madrid. Alcalá de Henares. Sábado 8 de octubre de 2016