José Emilio Pacheco ganó en el año 2009 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Además de ensayista y traductor fue cuentista, novelista y poeta. Trabajó todos los géneros literarios desde la sencillez y la cercanía con sus lectores. En su poesía había un eje central: el tiempo; ese elemento que puede ser infinito y a la vez efímero, alegre o vacío… El tiempo, ese tiempo que a veces pasa tan rápido y que, a veces, parece que no pasa. De hecho en 2009 se publicó un libro con toda su obra completa al que el propio Pacheco tituló “Tarde o temprano” en homenaje al tiempo.
“La edad de las tinieblas” es una obra publicada en la sección Palabra de Honor de la colección Visor y son cincuenta poemas en prosa donde el poeta da una muestra de esa cotidianidad tan característica en él. Este es el dibujo que hace en “La calle de Alcalá”: Como otras noches la esperabas entre los árboles de El Retiro. Después llegarían de nuevo hasta el piso de la calle Alcalá en donde todo seguía como estaba al empezar 1936. La última cinta no se cumplió. El vigilante del Museo llegó para decirte que era inútil tu afán. La joven te agradecería tu adoración pero ya no iba a materializarse de nuevo, ya no dejaría de ser en un cuadro la Maja Desnuda para estar contigo unas horas en la calle de Alcalá. Sin embargo, podrías contemplarla cuantas veces quisieras en la obra de Goya. Te dolió mucho perderla. Nunca más volverías a tener en tus brazos el cuerpo amado. Plebeya o duquesa, espectro o presencia real, para ti esa muchacha era Madrid y era el mundo todo. Al regresar a solas encontraste, en vez del piso intacto en la calle de Alcalá, las ruinas de tu tiempo y los desastres de la guerra.
En “Plegaria del alba”, escribe en el último verso del libro: Lo único de verdad nuestro es el día que comienza.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.372 del semanario Puerta de Madrid. Sábado 18 de abril de 2015. Alcalá de Henares.