En 1914 se publicó por primera vez uno de los libros más leídos en lengua española en este último siglo: “Platero y yo” del poeta Juan Ramón Jiménez. Premio Nobel de Literatura en 1956 se dedicó toda su vida a la poesía. En esta ocasión escribió a modo de cuento una historia para niños entre la prosa y la poesía, la prosa poética. Es difícil olvidar el comienzo del libro cuando Juan Ramón Jiménez nos presenta al protagonista de su historia: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”. Un pequeño asno entrañable con el que los niños y, también los adultos, aprenderán muchas cosas, sobre todo de la naturaleza, de la educación y de la vida; tres de los pilares fundamentales de la poesía del poeta andaluz.
Escribía Juan Ramón sobre Platero: «Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo, y él me lleva siempre adonde quiero. Sabe Platero que, al llegar al pino de la Corona, me gusta acercarme a su tronco y acariciárselo, y mirar el cielo al través de su enorme y clara copa; sabe que me deleita la veredilla que va, entre céspedes, a la Fuente vieja; que es para mí una fiesta ver el río desde la colina de los pinos, evocadora, con su bosquecillo alto, de parajes clásicos. Como me adormile, seguro, sobre él, mi despertar se abre siempre a uno de tales amables espectáculos (…)”.
Juan Ramón Jiménez nació en Huelva en 1881. Trabajó distintos aspectos de la forma poética: métrica, estética, ritmo… Finalmente y tras una gran obra decidió escribir lo que hoy conocemos como poesía pura. El Premio Nobel de Literatura reconoció esa pureza del verso en lengua castellana. Siempre es un buen momento para releer “Platero y yo” y ahora, en su año de homenaje con más motivo. Cumple los años de su primera publicación el 25 de diciembre.
Mónica LÓPEZ BORDÓN
Escritora y Periodista
www.monicalopezbordon.com
@MonicaLBordon
*Artículo publicado en el número 2.359 del semanario Puerta de Madrid. Sábado 25 de octubre de 2014. Alcalá de Henares.
