Con motivo del Día Mundial del Ictus (el 29 de Octubre) en la Escuela de Familias del próximo viernes 24 de octubre trataremos el tema de la disfagia (o dificultad para la deglución), una de las secuelas producidas por los Ictus, entre otras patologías.
Para entender en qué consiste la disfagia, primero nos centraremos en cómo se realiza la deglución y sus diferentes fases. La deglución consta de una parte voluntaria, que sería la parte en la que la legua empuja el bolo alimenticio hacia la faringe y de ahí en adelante sería la parte involuntaria, todo el recorrido del bolo por el esófago hasta que llega al estómago. Cuando hay una disfunción en la parte involuntaria de la deglución estaríamos hablando de disfagia.
Entre los diferentes síntomas que nos pueden alertar de una posible disfagia están las molestias o dolor al tragar, babeo excesivo, cierre labial inadecuado, carraspeo continuo, atragantamiento con determinadas texturas, neumonías de repetición, presencia de restos de comida en la boca o lengua, etc.
El tratamiento debe ser realizado por un logopeda, intentando mejorar o evitar el proceso de deglución, y se debe adaptar siempre a la situación del paciente en concreto. Hablaremos también de la importancia de conocer y seguir una guía de nutrición específica para la disfagia, con consejos como sentarse correctamente para comer, con la cabeza recta, evitar comer con la cabeza excesivamente agachada o levantada para evitar atragantamientos, evitar la ingesta de picantes y alcohol y adaptar la textura de alimentos y líquidos con la ayuda de espesantes, triturados, etc.
María José García e Inmaculada Bravo
Enfermera y Neurologopeda de Vitalia Alcalá de Henares