«Nací cuando mis padres ya no se querían», recuerda Adriana, mucho después de que todo haya sucedido. Por ello, la niña se crea un paraíso propio, poblado por amigos imaginarios y una familia de su elección.
Esta felicidad a medida se ve perturbada cuando Adriana debe iniciar el periplo escolar y entrar definitivamente en el mundo de los adultos, un entorno que le resulta ajeno cuando no hostil. Sin embargo, siempre queda un refugio bajo las relucientes estrellas escondidas en los cristales de la lámpara del salón”
Esta es la carta de presentación de la novela de Ana María Matute, Paraíso Inhabitado, publicada por la editorial Destino en el año 2008 y que suponía el regreso de la escritora después de ocho años de silencio en el panorama literario.
Adentrarnos en sus páginas es regresar a la infancia vista por la pequeña Adri, la menor de cuatro hermanos que llega de una manera imprevista cuando el matrimonio de sus padres ya está roto pero siguen adelante hasta que ella cumple los diez años. Nos movemos entre el mundo que ella inventa para salir de su soledad, su unicornio en la ventana y su amigo Gavri, su Tata y su querida Isabel, que son las personas que la mantienen viva a cada instante, la gente que la quiere y a la que quiere. Y luego está el mundo de los “Gigantes”, que es como ella denomina al mundo de los adultos. La novela goza en todo momento de la maestría de Ana María Matute que no abandona su rebeldía, su frescura, su ternura y la delicadeza de una historia contada entre sueños, deseos, unicornios, juegos, tardes leyendo los cómics, las visitas a escondidas a la biblioteca de la casa… La pequeña Adri se convierte en la reina absoluta de la historia, de su propio mundo que se llega a convertir en nuestro mundo hasta que cerramos la última página del libro.
Publicado en el número 2.175 del semanario Puerta de Madrid. 12 de febrero de 2011. Alcalá de Henares.