Llega la Navidad. A menos de dos semanas de las fiestas del final del año, ya hemos visto los anuncios más famosos de estas fechas: el de la lotería (que por cierto, puede que estos décimos del año 2008 sean los últimos que tengamos de papel. Parece ser que a partir del 2009 será un recibo electrónico que podremos adquirir incluso en las gasolineras y no sé en cuantos sitios más; así que, si toca fenomenal y si no toca pues a guardarlo de recuerdo por si acaso…) y el otro anuncio es el de Freixenet, este año con el equipo olímpico de natación sincronizada a la cabeza. Blanco y dorado para brindar por el nuevo año que entra. Las luces ya están encendidas también desde hace días, la nieve ha llegado, como tiene que ser en este mes de diciembre.
Alegra paisajes y los convierte en únicos: el puerto de Pajares, por ejemplo deja en la retina una imagen difícil de olvidar. Precioso como la vida misma. Ya se acabó el puente de la Constitución (y ahora comienzan las conversaciones para revisar ese pacto de 1978 que tan importante ha sido para la democracia y libertad de este país. Un paso de madurez y crecimiento para adaptarla a la modernidad y cambio del país, veremos a ver qué ocurre…). Llegan también los árboles de navidad, los belenes, los juguetes y los niños eligiendo qué le pedirán este año a Papa Noel y a los Reyes Magos. Van felices con todos sus sueños y sus deseos por realizar, una ilusión que sigue moviendo a tantas voluntades en tantos lugares del mundo…
Leo un maravilloso poema de Federico García Lorca dedicado a la navidad y publicado en Poeta en Nueva York, otro de César Vallejo y así unos cuantos más, entre versos y más versos…
Llega la Navidad, así, en el pasar de los días que a partir de este momento parece que vuelan y caminan rápido. El final es también un comienzo, volver a empezar de nuevo. Poner un punto, revisar, ordenar, hacer balances de un año. Dicen los pronósticos del tiempo que este año nevará mucho, gastaremos más o menos lo mismo que otros años y que al final la apuesta es siempre pasarlo lo mejor posible y volver a empezar.