¡Y esta vez Woody Allen vuelve a dar en el clavo! Su nueva producción «Vicky, Cristina, Barcelona» es un ejemplo más del humor, de la trayectoria y del ingenio de este director, que una vez más pone todo a disposición del espectador para que disfrute, se ría y vaya hilando las peripecias de dos amigas muy liberales por las calles de Barcelona o el paisaje de Oviedo. Plantea muy bien un triángulo amoroso que se enriquece con la breve pero intensa aparición en la pantalla de Penélope Cruz, de la que sigo pensando, es una actriz camaleónica. Ver a Penélope en La niña de tus ojos o verla en «Volver» y haciendo de trastornada estupenda en Vicky, Cristina… es una combinación en la piel de esa actriz que estremece. Cada vez me gusta más.
Eso sí, antes de nada quiero resaltar el papel de Rebecca Hall. Verdaderamente no entiendo porqué no se le ha dado un lugar más relevante a esta actriz: es el personaje central de toda la película y el hilo conductor de todas las situaciones que se producen entre los distintos personajes y parejas, Y lo hace muy bien, además, tiene un perfil muy latino, lo que le da a la historia un punto de realidad estupendo.
Javier Bardem está en su línea, ahora con eso de meterse tanto con el público y ser tan «especial» en sus apariciones ha empezado a perder glamour, ¡qué le vamos a hacer!
Scarlett Johanson es ese punto más americano que le da bohemia a la historia, el riesgo, la fotografía…También muy logrado y entre todos ellos esa parte de lo psíquico de cada personaje que Woody Allen siempre soluciona desde lo cómico, desde su humor particular, haciendo de lo más ridículo algo gracioso.
Apuntando todo esto, es un buen plan de cine para el fin de semana y lo único, eso sí, no se asusten cuando escuchen a dos de nuestros actores más internacionales… ¡con sus respectivas voces dobladas! Al principio suena extraño pero el oído se va acostumbrando a medida que transcurre la película.