Les invito a que vayan al Centro Dramático Nacional y vean en el Teatro Valle-Inclán la obra Rey Lear de William Shakespeare. En esta ocasión la versión de de Juan Mayorga y la dirección corre a cargo de Gerardo Vera. Con un montaje espectacular y un elenco de actores inigualables la historia del Rey Lear transcurre ante nuestros ojos con una intensidad tal que después de dos horas nos quedamos anonadados viendo una realidad tan humana ante nosotros.
Mi recuerdo del teatro de Shakespeare es como esa pasión que nunca se olvida. He ido al teatro Salón Cervantes en diversas ocasiones para ver alguna de sus adaptaciones; una de ellas sigue presente en mi memoria Sueño de una noche de verano.
En esta ocasión, fueron tantas las recomendaciones para ver el Rey Lear, que no me pude resistir. Salí del teatro alabando la representación, la adaptación y la capacidad teatral de Shakespeare. Es del siglo XVI y a la vez tan contemporáneo que hasta podemos ubicarlo en el XXI, en realidad es de este siglo, por eso es un autor universal, porque pasa el tiempo y sus obras y su temática son tan vigentes y actuales.
En este caso un rey, el rey de Britania que reparte su poder y su patrimonio por afecto entre sus hijas y sin criterio: para la que más le quiera, para la que le haga más la «pelota», para entendernos. A raíz de su decisión, que por supuesto no les voy a contar porque lo que deseo es que vayan a verla, Shakespeare nos muestra al hombre desnudo, esa naturaleza: odios, traiciones, amores interesados, locura, ambición desmedida, muerte. Es más, según Juan Mayorga: «La tragedia del rey Lear es una enciclopedia de lo humano, y es también una enciclopedia del teatro».
Todos los actores son estupendos, eso sí Alfredo Alcón en el papel de Lear es sobresaliente al igual que otros dos que destaco por su versatilidad: Luis Bermejo en su papel de Bufón y Albert Triola como Edgar, hijo legítimo de Gloucester.