Cada vez vivo con más incredulidad la Gala de los Goya. Reconozco que siempre me quedo a verla por pura curiosidad, para ver que las quinielas no se cumplen, casi nunca, o más bien, que el efecto sorpresa está casi siempre.
De lo que no hay duda es que este es uno de los acontecimientos más difíciles para un presentador: no aburrir durante tres horas en el día de fiesta, de gala, del cine español. Y tengo que decir, que, como casi siempre me aburrí y mucho: no le encuentro mucha gracia a los chistes del señor Corbacho y mucho menos a su discurso, cuestión que podemos debatir abiertamente: hay deficiencia de guiones y hay deficiencia de discursos, me pregunto que si los premiados, gente que suponemos de cultura, no saben hablar, y cuando digo hablar digo conjugar unas palabras con otras hasta armar un discurso, que es de lo que se trata, por lo que podemos cuestionarnos que su pensamiento tiene que ser revisado. Digo esto porque por supuesto no aguanté hasta el final de la gala, vi hasta la entrega de premio a la mejor actriz, que recogió una Maribel Verdú, un poco exagerada, tanto que hasta Elías Querejeta se sorprendía de lo que decía… Bueno y hasta aquí el lema fue: «dedico este premio a mi madre, a mi padre, familia…gracias».
Me pregunto, ¿eso es un discurso? De acuerdo que la máxima de brevedad es necesaria pero hasta esto se hace irrisorio ¿no creen?
Me pareció de mal gusto el vídeo comparativo entre Maribel Verdú y Blanca Portillo (que también está nominada a los premios Max de Teatro) y la horrible confusión (parece que trabajada como broma) de Belén Rueda con Belén Esteban, ya que al final, el señor Corbacho terminó hablando mal de las dos.
Digo esto porque la Gala de los Goya debe de ser seria, gala de galante, de elegante, de glamour, si es que es eso lo que se pretende, ya que para chistes y gracias podrían buscar otro lugar, de nuevo me pregunto que porqué eligen el cine, el séptimo arte para dejar ese vacío. Y hay otra cosa que no entiendo: pienso que con todos los premios que hay todas las películas que han llegado hasta la gala pueden ser premiadas, pero claro, como todo, eso es un gesto de generosidad, de humildad, de camaradería y de compromiso que todavía no se puede ni pensar…