Por lo que cuentan los expertos y sobre todo los profesionales, parece que el cine no está pasando por su mejor momento. Algunas películas ni siquiera llegan a mantenerse una semana en cartel y los grandes cines apuestan por las grandes producciones de Hollywood o bien por estrenos que saben que les duplicarán la taquilla. Lo que sí les puedo asegurar es que el cine es otro mundo, quizás por su posibilidad de cumplir un sueño, una fantasía, un deseo… una película es una película y el cine es el arte de lo posible, un poco lo mismo la política.
Tras algunas conversaciones con amigos respecto al panorama de la gran pantalla acudimos a estrenar las nuevas instalaciones del centro de ocio “Cuadernillos”. Elegimos la película El diablo viste de Prada, ya saben esa americanada que no nos hará pensar pero que sí nos permitirá evadirnos un rato de esa realidad que tantas veces nos persigue o abruma.
La película tiene infinidad de lecturas: la moda como una cuestión política-económica, imagen, tiranía, belleza, estrés…tendríamos que preguntar a alguien que trabaje, por ejemplo en la revista Vogue, como es el día a día. Porque, la verdad, lo que en la película quiere mostrar un infierno se termina convirtiendo en una normalidad tal, que en menos de 20 minutos nos hemos acostumbrado a ella.
Tengo que decirles que Meryl Streep está increíble, es capaz de aprender a tocar el violín si lo requiere el papel, montar a caballo o ser la jefa más perversa del mundo si el guión lo dice. En este caso encarna a Miranda Priestly, una diabólica mujer obsesionada por el mundo de la moda capaz de elevar a lo más alto del altar a un diseñador o de matarlo con sólo el movimiento de sus labios. Basada en una historia real, es decir, en una mujer real, de esas características, Meryl Streep borda el papel. El resto es para pasar un rato divertido y ver un poquito más de cerca la posibilidad que te puede abrir trabajar en un lugar conocido por su fama de “si aguantas un año en la revista Runway podrás encontrar trabajo donde quieras”, sólo un año pero ¿quién aguanta un año con una jefa así de ametralladora? El diablo viste de Prada está dirigida por David Frankel y basada en el libro de Lauren Weisberger (Ed. DeBolsillo).