Troya es una película espectacular. Desde luego que llega servida con la polémica: ser fiel a la obra más importante de Occidente, la Ilíada de Homero. Vayamos por partes. En primer lugar las adaptaciones de los libros al cine nunca son fieles cien por cien, entre otras cosas porque son adaptaciones. Luego pueden ser más o menos rigurosas. En este caso el director, Wolfgang Petersen se enfrenta a un duro reto: poner imágenes a la guerra de Troya, tema de por sí, lleno de misterio. Ese acontecimiento ¿es historia, mito o leyenda?, ni siquiera los estudiosos e investigadores se ponen de acuerdo. Desde luego la leyenda de Troya existe como leyenda, infinidad de autores, griegos, latinos, y luego contemporáneos han escrito y siguen escribiendo sobre ella. Sin lugar a dudas la obra magistral, magnífica e ineludible es la que escribió Homero hace más de 3.000 años.
Volviendo a la película tengo que decir que a nivel cinematográfico es perfecta. Ha contado con un presupuesto inaudito y lo ha aprovechado al milímetro, la llegada de la flota griega es espectacular, la quema de Troya, las batallas. Además Wolfgang cuenta con reparto de actores de lo más jugoso, el trío masculino formado por Brad Pitt (Aquiles), Eric Bana (Héctor) y Orlando Bloom (Paris), todos intachables, parece que los papeles han sido creados para ellos. También está un Peter O`Toole estupendo en el papel de Príamo, rey de Troya. El personaje de Helena es perfecto: bella, rubia y seductora, como la define Homero. Si es cierto que hay algunos detalles que los lectores de la Ilíada echarán en falta: el papel de los dioses, que en la película casi no aparecen pero en el libro son claves; Patroclo no es tan joven como lo muestra Wolfgang y también se echa en falta un pequeño papel para Hécuba, la mujer de Príamo, que no aparece en la película.
La guerra de Troya duró 10 años. Por supuesto que es imposible llevar ese tiempo a la gran pantalla, pero es algo que tampoco hizo Homero, él escribió un poema épico con los últimos días de esa guerra, con la toma de Troya por los griegos. De manera que algo se tiene que quedar en el tintero. Pero este es el mejor momento para retomar a los clásicos, no se arrepentirán, seguimos bebiendo de sus fuentes. La Ilíada y la Odisea de Homero junto a la Eneida de Virgilio son imprescindibles. Lean y juzguen por ustedes mismos.